La propia Administración Obama ha identificado como redactor del anticipado discurso del presidente de Estados Unidos en El Cairo -5.802 palabras en inglés- a uno de sus ayudantes de confianza: Ben Rhodes, de 31 años. Especializado en escribir discursos de política exterior, Rhodes actúa también como asesor diplomático, si bien el jefe de la media docena de escritores de discursos de la Casa Blanca es Jon Favreau, un joven talento para la retórica política de 27 años.
Ben Rhodes es un frustrado escritor de novelas de Nueva York que terminó ganándose la vida en Washington prestando su talento a políticos tras graduarse en la Universidad de Nueva York con un post-grado en escritura de ficción. Entre otros proyectos ha colaborado con el veterano demócrata Lee Hamilton en la elaboración del informe final del Grupo de Estudio de Irak y las recomendaciones de la Comisión del 11-S. Hasta terminar en julio del 2007 encargado de los discursos de política exterior dentro de la campaña presidencial de Barack Obama.
En términos generales, la elaboración de un destacado discurso del presidente Barack Obama comienza unas tres semanas antes con una reunión en el despacho oval. Cónclave de ideas al que suelen asistir un limitado grupo de ayudantes encabezado por el gurú electoral David Axelrod, el jefe de gabinete Rahm Emanuel y Denis McDonough, ahora viceconsejero de seguridad nacional y antes coordinador de política exterior en la campaña de Obama.
Según ha explicado Ben Rhodes, el presidente suele improvisar durante media hora y descargar las principales ideas que quiere trasmitir para la ocasión. A partir de ahí, comienza un proceso de redacción y sucesivos borradores en el que Barack Obama participa a través de múltiples correcciones manuscritas. Con la costumbre de afinar el texto hasta el último momento posible, como pasó también durante la víspera del discurso de El Cairo.
En ese proceso, Rhodes ha reconocido que Obama tiende a quejarse cuando lo escrito no representa sus ideas, con una especial intolerancia hacia el lenguaje poco claro. El escritor, con despacho en el ala oeste de la Casa Blanca, ha descrito su trabajo como asegurarse de que la particular voz del presidente quede reflejada en todos sus pronunciamientos sobre política internacional. Aún así, su estilo ha generado críticas en Estados Unidos.
La oposición republicana ha reprochado especialmente las intervenciones realizadas por Barack Obama en su primer viaje a Europa, calificadas como un vergonzoso e injustificado alarde de pedir disculpas a todo el mundo.
Fuente:www.abc.es
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