Tal vez el comentario más extendido en la Red a propósito del iPad es que el último invento de Apple es una especie de iPod gigante (hay quien dice iPhone gigante sin darse cuenta de que NO es un teléfono móvil).
De entrada tiene prácticamente las mismas aplicaciones originales que el iPod, pero con una pantalla de 9,7 pulgadas, pero no se trata, se lo aseguro, de un iPod descomunal; es otra categoría de producto.
En realidad, la compañía de la manzana lo presentó como un dispositivo doméstico, una nueva pantalla para el hogar que se mueve entre los reproductores multimedia y los 'netbooks'.
El mayor tamaño multiplica las posibilidades de la máquina. No es sólo que se vea todo más grande, sino que permite una comodidad desconocida para gestionar el correo, la música, navegar por la web, ver y organizar las fotografías... y, por supuesto, los vídeos.
Esas 9,7 pulgadas de pantalla y la calidad de la misma hacen que aplicaciones a las que estamos acostumbrados, como los Mapas de Google, luzcan espectaculares.
En el lado de los noes, de lo que no tiene, el déficit fundamental es la ausencia de Flash. Es una enfermedad endémica del universo móvil de Apple. No lo tiene el iPod, tampoco el iPhone y, por supuesto, carece de esta posibilidad el iPad. Esto está obligando a reconvertir los contenidos desarrollados en Flash para que sean accesibles desde la tableta.
Viendo la pantalla y cómo hace su trabajo el procesador A4 a 1 Giga, todavía me parece más extraño que no incorpore una webcam para hacer videoconferencia. Tiene que ser espectacular. Lo que sí tiene es micrófono y altavoz. El primero en la parte superior de la pantalla y el segundo en la inferior.
Externamente, además del mínimo orificio para el micro y las rejillas del altavoz sólo se puede apreciar un botón de bloqueo para el giro de la pantalla, el control del sonido, el interruptor, el conector y la salida de audio.
¿USB? No, no lo tiene, aunque sí hay adaptadores para poder leer el contenido de cámaras fotográficas y de tarjetas de memoria.
Una pantalla de estas dimensiones permite desplegar un teclado casi completo. El problema es que, al no existir pulsación, uno escribe bastanta más de lo que quiere y, por ejemplo, en lugar de elmundo.es, puede escribir eslñmjuhnsdok,.es (me ha pasado). Hay que acostumbrarse a él o teclear con dos dedos. Aunque lo mejor, es acudir a un teclado físico externo para escribir largo.
En el vídeo sólo hemos probado el iPad como reproductor, pero también sirve como creador de contenidos. Apple ha desarrollado versiones de sus programas Keynote, Pages y Nombres para iPad.
Lo que sí sabemos es que se manejan con los dedos sobre la pantalla y que el resultado es espectacular, pero no hemos llegado a probarlos, así que os lo contaremos cuando lo hayamos hecho. Igual que sucede con la aplicación iBooks
Fuente:www.elmundo.es
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